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"El corazón se rompe y se rompe, y para romperse es necesario ir a la oscuridad, no a la luz"

Así comienza el discurso de una madre en memoria de su hijo. Para los que no conozcan a Lil Peep (Gustav Elijah Åhr), fue un músico que destacó por su estilo propio "poco convencional". Si bien es cierto que su música puede gustarte o no, algo está claro, en su vida fue contracorriente y en muchas ocasiones animó a hacerlo.

Me llama mucho la atención este discurso, porque habla de un problema muy presente en la sociedad, los juicios. Se juzga por la ropa, tatuajes, por el grupo de amigos, la música que escuchas, las notas que sacas... Y una lista bien larga. 

En este caso, esta mujer habla de cómo su hijo fue juzgado, incluso padres prohibieron a sus hijos juntarse con él. Gustav fue una persona creativa, creatividad que expresaba en su música, en su cuerpo (tatuajes, pearcings...), en sus letras... todo esto chocó con una sociedad, que desde bien pequeño le presionó. Por ello de mayor desarrolló actitudes depresivas (muchos confirmaron que la sufrió) y adicciones a drogas.

Este discurso se puede extrapolar a otros colectivos como, personas con problemas físicos, de diferente etnia, homosexuales... 

Creo que una tarea como personas que vivimos en una sociedad cambiante, que día a día surgen nuevas tendencias, que todo está globalizado, es abrir nuestra mente y ver más allá de una apariencia. Empaticemos y sepamos ver qué hay detrás. En el discurso ella dice que al mirar a alguien, nos hagamos una serie de preguntas como, ¿realmente conozco a esta persona?, ¿me he sentado con ella cara a cara y le he pedido que me cuente cosas sobre sí mismo?, ¿se lo que ama?, ¿estoy asumiendo que esta persona extraña no tiene planes para su vida?.

Por último me gustaría que reflexionáramos. Este caso es el de una persona "famosa", y por ello su historia es conocida, pero hay muchos que día a día sufren por ser diferentes, y no entrar en la definición social de "normal". ¿Qué es lo normal hoy en día?.